Qué puedes hacer
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Muestra respeto a los demás
No solemos dar a nuestros
hijos el respeto que exigimos de ellos. Puede ser difícil esperar
pacientemente que un niño dé su opinión, pero merece la pena. Míralo a
los ojos y dile que te interesa lo que te dice. Es la mejor manera de
enseñarle a escucharte
a ti con la misma atención.
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Enséñale a responder con educación
Tu hijo puede
mostrar cariño y respeto por otros, empleando buenos modales. En cuanto
pueda comunicarse verbalmente, puede aprender a decir
“por favor” y “gracias”. Explícale que estás mas dispuesta a ayudarlo cuando se comporta con educación y que no te gusta cuando te da órdenes.
Asimismo, si tú muestras respeto, le estarás enseñando más que dándole
una charla. Di siempre “por favor” y “gracias” a tu hijo (y a otras
personas), y aprenderá que estas palabras forman parte de la
comunicación normal, tanto en la familia como en público.
Si tu hijo te llama “mala”,
intenta no enojarte (después de todo, tú sabes que no eres mala). Un
niño que quiere provocarte, soportará cualquier situación desagradable
sólo para conseguir que reacciones.
En lugar de hacer eso, mírale a los ojos y dile dulcemente pero con firmeza: “
En esta familia no nos insultamos”.
Entonces muéstrale cómo conseguir lo que desea con respeto: “Cuando
quieras que juegue contigo, pídemelo de manera agradable. Di ’mamá por
favor, ¿puedes jugar conmigo a las muñecas?’”.
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Prepárate para diferencias de opinión
La vida sería
mucho más fácil si nuestros hijos siempre nos hicieran caso, pero la
naturaleza humana no es así. Procura recordar que cuando tu pequeño no
se comporta como tú deseas, no es que intente ser irrespetuoso;
simplemente, tiene una opinión diferente a la tuya.
Enséñale que le irá mejor si aprende a dejar de expresarse de manera
irrespetuosa (“Nunca me llevas al parque, ¡mamá mala!”) y en lugar de
eso aprende a pedirte las cosas de manera positiva (“Por favor, ¿podemos
ir al parque después de hacer la compra?”).
Una de las mejores maneras de demostrar respeto es ser amable
y
firme a la hora de disciplinar. Ser amable demuestra respeto por tu
hijo y ser firme demuestra respeto por lo que hay que hacer.
Así que si tu hijo tiene una rabieta en el supermercado y no te sirve
ninguna de tus tácticas, llévatelo al auto y siéntate a leer una revista
hasta que termine su rabieta. Luego, puedes decir con calma: “Ahora ya
estás preparado para probar de nuevo”, y volver a la tienda. Poco a poco
aprenderá que una rabieta no altera el hecho de que hay que hacer la
compra.
A veces, la mejor manera de manejar un
comportamiento irrespetuoso es comentarlo con tu hijo más adelante,
cuando los dos hayan tenido la oportunidad de calmarse. Puedes reconocer
sus sentimientos y reforzar tu punto de vista diciendo: “Sé que estabas
muy disgustado, ¿por qué crees que ha sido? ¿cómo puedes resolver el
problema? ¿cuál sería una manera más respetuosa de decirme cómo te
sientes?”.
Si tu niño sabe que te interesa lo que piensa y siente, seguramente llegará a la misma conclusión que llegarías tú.
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Alaba el comportamiento respetuoso
Refuerza las muestras
inesperadas de buena educación de tu hijo siempre que puedas, pero sé
específica. Tendemos a decir “buen chico” o “buena chica”. En lugar de
eso, di: “Gracias por decir por favor cuando me has pedido un dulce”, o
“gracias por esperar tu turno mientras los demás niños pedían su
helado”.
Tu hijo aprenderá rápidamente que sus esfuerzos merecen la pena y que los aprecias.
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